El refrán es tan tradicional que incluso recuerdo un anuncio de hace años que lo glosaba: 'De virgen a virgen, la sardina está en sazón.' Si vivís en o cerca de la costa es fácil encontrarlas muy frescas, a un precio razonable. Como esas de ahí arriba. Para evitar la humareda en una casa pequeña, ésta receta sirve.
Las sardinas descabezadas, evisceradas y limpias. El limón es optativo. Como la pimienta recién molida. En cuanto a sal, creo que son bastante sabrosas por sí mismas, pero eso ya va en gustos.
Enharinadlas -mejor muy poco- y sacudirlas bien. Mientras, poner aceite de oliva a calentar. Los ajos no sólo lo aromatizan -a quienes les guste el sabor- sino que permiten calcular la temperatura. Debe estar muy caliente, sin que llegue nunca a humear.
Freidlas...
Escurrir bien sobre el clásico papel de cocina...
Y ya está listo: emplatar, comer con una ensalada fresca, y a disfrutar del verano. Buen provecho.
Imágenes propias, bajo la misma licencia que el blog.
Ñam.
ResponderEliminarAhora a buscar unas buenas sardinas frescas, Len...el resto es tan sencillo que no hay ninguna excusa XDD
ResponderEliminarAntóooon...pirulero,apuntala YA.
ResponderEliminarXDDDDD
ResponderEliminarSin cabezas ni tripas ni humo, yo me apunto.
ResponderEliminarPues dale, Chelo, que ya ves que es fácil de más.
ResponderEliminarComo brillan, que hambre.
ResponderEliminarSí que brillan, y es temporada. Aprovéchalas, Fearn.
ResponderEliminarRicas ricas
ResponderEliminarMuy ricas, Migue. Fáciles de hacer, y de temporada...
ResponderEliminarHambreee
ResponderEliminarXDDD...Todavía quedan en las plazas de abastos, corre, Ana. Y gracias por el comentario.
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