La colleja es uno de esos regalos de primavera. Actualmente se venden -no las busquéis en grandes superficies- pero lo suyo es re cogerlas, en la misma cesta de los hongos o en cucuruchos de papel, nunca en plástico. Para los de la parla inglesa son campions, igual que en francés. Clatellots en catalán, candelaria en gallego, y otra vez campion en vasco, sepa usted por qué.
Pueden consumirse frescas y crudas (lavadas) como parte de una ensalada. La opción B es blanquearlas, un hervor de dos minutos, y congelarlas igual que espinacas. El sabor se parece, sólo que la colleja es más salvaje, más fresca. Vale para guarniciones, tortillas, revueltos. En especial para revueltos con ajetes o tallos de ajo, otro regalo del alegre mes de mayo.
Ahí tenéis las collejas blanqueadas, para luego congelarlas. Buen provecho.
http://es.wikipedia.org/wiki/Silene_vulgaris
No conocía esta verdura. Ignoró que nombre recibirá aquí, en el Mediterráneo, quien sabe, igual si que las conozco. Estoy segura de que me gustaran porque, me gustan todas las verduras.
ResponderEliminarBesos
Pues si hay mercados callejeros, de esos con una cesta en una esquina y la señora o señor de turno que pregona, pruébala. No creo que te defraude. Un abrazo,y buena semana.
ResponderEliminarNo tengo ni idea de qué puede ser y si la puedo encontrar por aquí, en mis paseos cotidianos. Aquí se come pamplina o trébol, por ejemplo, pero es diferente a la colleja.
ResponderEliminarUn saludo
Es posible (sólo posible) que se esconda en las umbrías con agua cerca, porque, como toda verdura salvaje. es terca y tenaz. Mejor pregunta a gente mayor, que -en la misma época- se buscaba la colleja, el canónigo y los bulbos tempranos de hinojo, los tres a la vera del agua y en las umbrías, antes del verano. Buena mitad de semana,Carmen.
ResponderEliminarAnda collejas.Anotado.
ResponderEliminarYa nos contarás cómo las haces, Antón.
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