Hoy ha sido
uno de esos días que se desea que terminen. No te levantas ni con el pie derecho,
ni con el izquierdo: simplemente no te levantas. Sigues durmiendo eso es lo que nos gustaría.
Predispuestos
y con la pregunta ya en mente: ¿Qué será
hoy? Preparados para afrontar el mosqueo
mañanero, o el de después de comer, o quizá el nocturno.
Lo que al
inicio de la semana son chinitas en el
zapato, con el paso de los días acaban
siendo piedras que arrastramos tras
nosotros: sólo nos causan sufrimiento.
Nosotros
mismos, pareja, familia, amigos, trabajo y otras actividades ocupan nuestro
tiempo, todas ellas tienen mayor o menor prioridad según
nuestro criterio.
Esas
piedras que nos encontramos en el camino que vemos a diario son unas pocas, y
casi siempre más que obstaculizarnos nos recuerdan que estamos vivos.
Los lastres
son las cargas que llevamos a nuestras espaldas, esas piedras que soportamos
durante mucho tiempo en ocasiones sin
darnos cuenta. Por eso no está mal, de
vez en cuando, detenernos y soltar esa carga. Hacer balance e ir desechando todas
aquellas que no son nuestras, todo
aquello que realmente no merece la pena.
Buen consejo
es el que sigue el caminante, que cuando acaba una jornada se quita su calzado
y deja el bastón en reposo, esperando hasta la mañana siguiente.
Así que
siguiendo un buen consejo, voy a dejar mi mochila hasta que amanezca para seguir vaciándola. Ahora a descansar, que queda mucho todavía por caminar.
Fuente de la imagen: Propia, bajo la misma licencia del Blog.
Fuente de la imagen: Propia, bajo la misma licencia del Blog.
Más verdad que el que ahora es de día.
ResponderEliminarPues si Andres aunque a veces cueste tirar piedras mejor caminar sin ellas. Buen fin de semana.
ResponderEliminarCuanta razón.
ResponderEliminar:) con que sirva para que la gente medite y viva mas libre me vale. un abrazo Anton.
ResponderEliminarVerdad es.
ResponderEliminar:) buen finde carnavalero y gracias por leernos Alodia.
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