Uno de los terrores de la escuela: ponerse como un carbonero con la lata de betún. Por cierto, todavía existe. Ahora viene en botella de cristal con tapón doble de seguridad, pero eso no elimina el riesgo potencial de la negra mancha que sólo sale con disolvente industrial. Si es que sale.
El betún se emplea para avejentar figuras de yeso o resina, madera, conglomerado e incluso cuero. Jugando con el disolvente se obtienen tonos más o menos claros, sombreados y efectos de textura.
También sirve para restauraciones caseras de objetos deteriorados, rotos y vueltos a pegar, desconchados o rayados. Puede aplicarse sobre pintura acrílica, cuyos colores resultan también oscurecidos.
Una explicación más técnica, tomada de Wikipedia:
El betún o bitumen es una
mezcla de líquidos orgánicos altamente viscosa, negra, pegajosa, completamente
soluble en disulfuro de carbono y compuesta principalmente por hidrocarburos
aromáticos policíclicos. Nombre genérico de varias sustancias, compuestas
principalmente de carbono e hidrógeno, que se encuentran en la naturaleza y
arden con llama, humo espeso y olor peculiar. En la historia fue producido por
Finlandia desde el siglo XVII hasta el siglo XX, cuando los barcos eran de
madera. Lo producían los finlandeses por la destilación seca de los pinos muy
viejos.
Se encuentra a veces en
grandes depósitos naturales, como en el lago Asfaltites o mar Muerto, lo que se
llamó betún de Judea (al que a veces se llama 'betún de Judea' o 'judaico',
pero que es una mezcla de minerales y betún).
Imágenes propias, bajo la misma licencia del blog.
Yo tiré la lata xd
ResponderEliminarNo me digas...XDD
ResponderEliminarImpresionado, Thorongil.
ResponderEliminarLas técnicas son sencillas, Juan. Vale que hay que tener pulso, cierta formación (y práctica) previa, pero la artesanía es como todo: aprender, probar, equivocarse, preguntar y seguir trabajando.
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