Este año hemos decidido compartir con vosotros platos cotidianos con otros toques (muchos 'de cuchara', propios de días fríos), recetas ingeniosas, fiestas en plan 'se come por los ojos', y un remate para enero, ese de la cuesta tremenda. Empecemos por la cuchara. 'Sacramentos' suele llamarse en muchos sitios a los productos derivados de la matanza, pero podéis cambiarlos por cualquier cosa que tengáis en la nevera: pollo, un trozo de carne para guisar...o incorporar alguna legumbre aparte de más verduras.
Necesitamos (para dos personas) un tercio de berza, un par de patatas, una cebolla, ajo, caldo -mejor casero, pero vale incluso agua clara-, aceite de oliva, sal, pimienta, una hoja de laurel y los 'sacramentos'. En este caso eran dos choricillos pequeños de pueblo, un trozo de punta de jamón y un trocito de tocino ibérico.
Se lava y pica la berza, pelamos patatas, cebolla y ajos. En poco aceite sofreímos ligeramente los 'sacramentos', la berza, los ajos y las patatas 'cascadas' en trozos iguales. Añadimos el laurel y el caldo.
El tiempo de cocción es el de las patatas. A fuego lento, entre quince y veinte minutos. Coste estimado del plato -para dos- incluyendo el tiempo de uso de gas butano, tres euros. Aspecto final...
Empezamos bien, ¿No os parece? Y como sobró, con las patatas, verdura y un poco de caldo sale un puré espesito. Se le fríen unos costrones de pan duro, y ya tenemos para empezar calientes una cena.
Imágenes propias, bajo la misma licencia que el blog.
Buen provecho.
No te imaginas la cantidad de platos calentitos, de cuchara, extraordinarios y baratos que conozco y cocino. Una de las cosas que más me gustan del invierno es esa cocina tradicional a base de legumbres y verduras. Platos sanos y deliciosos.
ResponderEliminarBesos
Si te apetece compartir tu sabiduría, nos cuentas alguno/s y te los colocamos con tu nombre y gorro alto de chef. He buscado el femenino de la palabra francesa, y sólo me da las opciones de 'instructora' o 'jefa'. Pero el gorro,bien alto. Gracias por tu comentario, Ambar.
ResponderEliminarPues este plato resucita a un muerto en el frío y gélido diciembre serrano de Granada o de por aquí.
ResponderEliminarUn saludo
Resucitarlo no se, pero que vuelva el alma al cuerpo helado sí lo hace. Gracias por tu comentario, Carmen. Y buen puente.
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