Dejamos el estofado que repose hasta el día siguiente siguiendo el consejo de que estos platos están mejor cocinados de víspera.
Ponemos la cazuela al fuego y le añadimos un poco de vino tinto, y dejamos que se termine de hacer a su amor, añadiendo mas caldo si es necesario.
Mientras pelamos las patatas, las cortamos en dados y las freímos y escurrimos bien. Si alguien las prefiere cocidas es otra variante. Cuando la carne esté tierna se añaden y se les da unos minutos para que se mezclen los sabores.
Si no sois de mucho comer podéis congelar la mitad del estofado antes de añadir patatas y así tenéis un plato para otro día.
Aquí el resultado. Buen provecho!!!
Fotografías propias bajo la misma licencia del Blog.
Ñam.
ResponderEliminarbuena onomatopella yo le añado otro ñam y pan para mojar. gracias maño. :)
EliminarEsa la hago ya, gracias.
ResponderEliminarDe nada Antón a ti por leernos un abrazo.
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