La cervecera fue fundada en 1876 con el nombre de
Kaitakushi en la ciudad de Sapporo, isla de Hokkaido, (Japón). En los primeros
años del siglo XX se unió a sus dos competidoras para formar un gran grupo que
controló el mercado japonés hasta la Segunda Guerra Mundial. La que se consume
en Europa procede de Canadá. Sapporo compró una cervecera local para
introducirse en el mercado de América del Norte, en donde gustan especialmente
las cervezas frescas y ligeras. Por si alguien tiene ocasión de viajar a Japón
y visitar Hokkaido, la destilería original de siglo XIX todavía existe. Hoy es
un museo que incluye catas de sus productos y la posibilidad de comprarlos allí
mismo.
Algunos supermercados incluyen en sus campañas de
marketing dedicar ‘Festivales’ o secciones a países que suelen resultarnos
exóticos. Lidl dedicó hace poco uno a Extremo Oriente, en general, con Japón
como protagonista. Allí estaban las famosas latas plateadas tamaño respetable
de Sapporo. Como curiosidad, son las latas más duras que he visto nunca. No vale
lo de abollarlas con un dedo o aplastarlas con la mano una vez vacías sin hacer
esfuerzo. Cada lata contiene 630 cl. Buena cantidad para compartirla. La
graduación alcohólica es del 5%, lo usual en las latas. Es una rubia clarita,
con poca espuma, muy refrescante, ligeramente ácida y amarga (contiene arroz entre
los ingredientes cereales). Adecuada para el verano. Lamentablemente, ni
Sapporo ni Lidl me dan comisión por la entrada, ya podían estirarse. La lata
costaba dos euros. Si se comparte sale a euro por persona (y casi casi es un
tercio, así que sale barata). Y si alguien se la bebe entera, tampoco es un
disparate económico. Se recomienda tener un baño cerca, resulta –digamos- muy
diurética.
Si os apetece probar, disfrutadlo.
Imagen: wikimedia commons. Autor, Brotzg.