En mis
escritos suelo repetir bastante el concepto del paso del tiempo. La vida nos enseña, y cuantos más años tenemos
somos más sabios.
No entiendo
la cultura imperante en los medios de comunicación y en otros ámbitos de esta
sociedad, ficticia, que premia la juventud y la belleza.
Por si
fuera poco vamos por este mundo siempre hacia delante, como atravesando un túnel sin fin del cual no vemos la salida.
Cuando nos
detenemos sólo tenemos dos objetivos: el
pasado, la entrada del túnel y todo lo que dejamos detrás sin solucionar, y el
futuro lo que haremos cuando salgamos de
él.
La lástima
es que nos perdemos mucho. y entre ello
las señales que la vida nos regala cada día: una canción que suena en la radio,
un oasis en una mañana difícil, un arcoíris después de una buena tormenta.
Eso y mucho
más puede significar un alivio para nuestra alma y nuestro corazoncito, que
bastante sufren, y para nuestra mente esa que siempre llevamos a ciento cuarenta.
Dudamos,
nos cuesta decidir qué camino tomar, todo son incógnitas desde qué ropa vamos a usar hasta qué vamos a
leer o a hacer antes de acostarnos.
Otras
decisiones se relacionan con qué dirección tomar en nuestras vidas y
en ocasiones vamos espaciando en el tiempo el tomarlas por miedo, dejadez o
simplemente por olvido.
La vida da
una lección que nos enseña, normalmente si es pronto nos la da de buenas
maneras, hasta con una caricia, pero si huimos, nos paramos o simplemente pensamos en tomar lo
que creemos un atajo, tarde o temprano daremos de bruces con un lastre derivado
de no haber tomado la decisión, o de no haber hecho algo.
Todo en
esta vida fluye, desde la sangre en nuestras venas, la savia de los árboles,
los ríos hasta la energía que nos rodea, creando un todo. Nada sucede ni más tarde ni más temprano que
cuando debe suceder.
Por eso
cuando abráis los ojos hacedlo hacia lo que os rodea, sed parte de ese fluir, que os
llevará a esas señales que os alegrarán el
día, os recordarán que hay algo que hacer o
alguien a quien llamar.
De esa
manera damos y recibimos, nos retroalimentamos en unión con los demás.
Fuente Imagen: Propia.