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viernes, 14 de noviembre de 2014

Entre sales esta el Juego.


Ahora que ya el otoño está entre nosotros y el invierno cada vez  más cerca, es tiempo de prepararse para poner estufas, calefacciones y demás.

El lugar donde vivimos no es demasiado húmedo, pero estos últimos años hemos sufrido de mucha humedad. Hay habitaciones que usamos mas, y queramos o no, los cambios de temperatura hacen que aparezcan condensaciones o manchas de humedad.

Para prevenirlas existen sales que se compran en droguerías, o grandes superficies. Nosotros hemos estado usándolas hasta este año, cierto es que son eficaces y tóxicas, hay que tener cuidado al manipularlas.

Pero otra cosa es que son bastante caras, por lo que después de haber investigado en la red y recurrir a la sabiduría materna y a la sabiduría propia...




Hemos decidido crear nuestras propias sales, y probar.



Necesitamos, Sal gorda, una botella de plástico o similar, sales de baño (no son imprescindibles, pero sí que dan buen olor, y también ayudan a la sal a recoger la humedad) y por supuesto unas tijeras.



Se  corta  la botella  y conservamos el culo, para que nos sirva como recipiente.


Abrimos la bolsa de sal y ponemos una capa hermosa, y después otra de sales de baño, así hasta que os parezca que es suficiente.


Repetir lo anterior tantas veces como recipientes necesitéis.

La cosa es después colocarlas en lugares estratégicos para que absorban la humedad de la habitación, y hacer tantas como creáis necesario, nosotros tenemos una casa pequeña por lo que hemos hecho una por habitación.

Para los armarios de ropa, u otros enseres,  se pueden poner sales de baño, yo le busqué así utilidad a unos porta velas de cerámica que había pintado y que son perfectos. Se llenan más o menos hasta la mitad y se van distribuyendo.




Este es el antes, de aquí a unas semanas, veremos el resultado.



Imágenes propias, bajo la misma licencia que el Blog. 



Betún de Judea.



Uno de los terrores de la escuela: ponerse como un carbonero con la lata de betún. Por cierto, todavía existe. Ahora viene en botella de cristal con tapón doble de seguridad, pero eso no elimina el riesgo potencial de la negra mancha que sólo sale con disolvente industrial. Si es que sale.

El betún se emplea para avejentar figuras de yeso o resina, madera, conglomerado e incluso cuero. Jugando con el disolvente se obtienen tonos más o menos claros, sombreados y efectos de textura. 

También sirve para restauraciones caseras de objetos deteriorados, rotos y vueltos a pegar, desconchados o rayados. Puede aplicarse sobre pintura acrílica, cuyos colores resultan también oscurecidos.




Una explicación más técnica, tomada de Wikipedia:

El betún o bitumen es una mezcla de líquidos orgánicos altamente viscosa, negra, pegajosa, completamente soluble en disulfuro de carbono y compuesta principalmente por hidrocarburos aromáticos policíclicos. Nombre genérico de varias sustancias, compuestas principalmente de carbono e hidrógeno, que se encuentran en la naturaleza y arden con llama, humo espeso y olor peculiar. En la historia fue producido por Finlandia desde el siglo XVII hasta el siglo XX, cuando los barcos eran de madera. Lo producían los finlandeses por la destilación seca de los pinos muy viejos.

Se encuentra a veces en grandes depósitos naturales, como en el lago Asfaltites o mar Muerto, lo que se llamó betún de Judea (al que a veces se llama 'betún de Judea' o 'judaico', pero que es una mezcla de minerales y betún).





Imágenes propias, bajo la misma licencia del blog.

miércoles, 12 de noviembre de 2014

Sencilla tarta de cumpleaños invernal.



Es sencilla, aunque lleva su tiempo. Necesitamos un buen bizcocho, nata montada, confitura de frutos del bosque, coco rallado y (opcional) unas hojas de hierbabuena fresca. Tan sencillo como partir el bizcocho, rellenarlo y adornarlo de ese modo, o como prefiráis.

La parte de la paciencia son las trufas. Trufas de boniato. Recomiendo usar boniatos asados. Hace falta también el mismo coco rallado, virutas de chocolate y, si gusta, un poco de licor.

Pelados los boniatos se chafan bien con un tenedor, se incorpora el licor, parte del coco rallado, y hacemos bolitas. Con cuidado se colocan en un recipiente y se meten en el congelador hasta que se endurezcan, vigilando que no lleguen a congelarse. Entonces se hacen rodar con cuidado en un plato con virutas de chocolate y cuando están cubiertas (más o menos, tal como se ve en la fotografía) es hora de espolvorearlas un poco con coco rallado, completar la decoración y meter la tarta en la nevera. 

Por supuesto, puede variar el relleno y la compota. A vuestro gusto.



Imagen propia, bajo la misma licencia que el blog.

lunes, 3 de noviembre de 2014

Ser agradecido.


Los años nos traen más experiencia y nos dan el tiempo para conocernos a nosotros mismos si estamos por la labor.

Ese caso es el mío y casi siempre me gusta escribir ya sea para uso particular o compartir con los demás los descubrimientos que en mi caminar hago.

El último de ellos lo creo importante por el nuevo enfoque que he descubierto en ser agradecida. Dar las gracias siempre que sea necesario es algo que aprendí siendo muy pequeña.

Siendo educado se llega muy lejos, dice un refrán y cierto es que por lo menos ciertas puertas se siguen abriendo y ciertas bocas también.

Pero no me voy a referir a ese tipo de gratitud sino a la que nosotros expresamos hacia lo que tenemos y hacia lo que la vida nos ofrece.

Cada uno de nosotros en nuestra vida diaria tenemos momentos mejores y algunos que no lo son tanto, y no generalizando pero si siendo realista también diré que es más fácil caer en la queja, y decir que la culpa es externa y pertenece a otra persona, o hasta objeto inanimado.

Puede hacernos sentir a corto plazo bien ya que damos por hecho de que la solución no está en nuestras manos y los demás son los malos, eso nos convierte en egoístas.

Recuerdo al huraño de Scrooge protagonista de Cuento de Navidad de Charles Dickens, y todas sus quejas y a veces mirando a quienes me rodean me parece que hay una plaga de ellos.

Tomamos la queja como una parte más de nosotros sin darnos cuenta que nos convierte en algo que no somos. Un juego de una red social que me llego a través de una amiga me instaba a dar las gracias durante una semana sobre dos cosas cada día.

Si nos centramos en una lista estereotipada de dar las gracias por lo que tenemos posiblemente eso no nos sirva, pero el esfuerzo de buscar cada día por lo que estar agradecida entre todo lo que nos ha pasado en el día que hemos vivido es una experiencia diferente.

Desde hace tiempo lo solíamos hacer en casa, acordándonos seguramente  más cuando estábamos de mejor humor, pero pensándolo más detenidamente, con seguridad nos sirvan más en esos días en el que las nubes nos acompañan desde que nos levantamos.

No me parece un mal ejercicio ya que deja fluir el positivismo, lo bueno que tenemos en nosotros, dejando fuera todo aquello que no necesitamos.



Estar agradecidos a nosotros mismos por nuestros esfuerzos, más que enfadados por algo que no hicimos, la gente tiende hacerse más fácilmente daño que a quererse, ese es el comienzo: darnos las gracias para poder después agradecer a los demás y a la vida que nos da tanto.



Pobre de aquel que cierra sus puertas
Ya que no encontrara ninguna abierta
Pobre de aquel que se niega el consuelo
Ya que no lo encontrara en el hombro ajeno.

Bendito el que encuentra la gratitud
En su interior ya que es el rio que
Emana los todos los dones
Que la vida le ha ofrecido.


Como no hay nada como empezar dando ejemplo, gracias por vuestro tiempo y por el interés que ponéis en lo que compartimos con vosotros.

Que la vida os llene de gratitud y de paz.


Buena semana.



Imagen propia bajo la misma licencia que el Blog.