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miércoles, 31 de octubre de 2018

Canelones. Con novedades.





Al menos para mí, hacer canelones conlleva mucho tiempo y un gran despliegue de habilidades. Hasta ahora, las pastas precocidas nunca me convencieron. Hasta ahora.



Para empezar, son tubos. Se usan según salen del paquete, y te ahorras el enrollado siempre resbaladizo y proclive a despegarse. Pero empecemos, claro, por el relleno.

Ternera picada, cebolleta, champiñones, sal y pimienta, nuez moscada, caldo, tomate casero. Todo muy bien cortado en tamaño homogéneo, puesto a rehogar con la carne.

Rellenar los tubos requiere tiempo, pero resulta fácil. En una fuente para horno ponemos en el fondo un poco de mantequilla, tomate, y los canelones. Los mojamos con caldo y los dejamos reposar al menos un par de horas, dándoles la vuelta de tanto en tanto. El objetivo es que se humedezcan y se ablanden sin nunca llegar a romperse.


Luego toca hacer la bechamel (eso ya sabéis cómo), o si preferís una ya hecha, al gusto, ponerla recubriendo bien los canelones. Espolvorear un poco de pimienta, el queso rallado, y hornear hasta que se haya dorado al gusto.





Imágenes propias, bajo la misma licencia que el blog.


4 comentarios:

  1. Estaban de diez y un plato ideal para una cena de cumple.

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  2. Hace años que nos los hago, más que nada por vagancia, por no rellenarlos, por no hacer la bechamel... ¡yo qué sé! Pero tienen una pinta...
    Un saludo

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  3. En este caso, Carmen, te vale ser casera en todo (menos los tubos en sí), o bien tirar de calidad en tomate, caldo y bechamel ya preparadas. Quita mucho la vagancia XD. Buena semana, un abrazo.

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