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viernes, 26 de agosto de 2016

Salas de espera II





Hace ya un tiempo que escribí sobre las vivencias en las salas de espera de centros médicos y hospitales. Quiero hablar sobre las experiencias humanas, sobre aquello que ocurre en esos lugares que existen desde que hemos  estado enfermos y seguirán siendo útiles por siglos.

Ascensores que se llenan en las horas de visita y citas medicas durante el día, en las noches tan solo guardan los ecos de habitantes temporales; otros prefieren mover las piernas, recorren los laberintos de escaleras y pasillos.

Rutina de uno a treinta, tan solo el cambio de estaciones puede servir de brújula. Eso y que en la tele o en la radio o quizá el móvil nos marque una fecha y un día en la vida.

Felices quienes ingresan por su propio pie para una intervención programada o un mal menor, que en uno o a los sumo dos días, volverán a esa realidad que aunque es descarnada en ocasiones, carece de la atmósfera caótica e inexorable de la clínica.

Aquellos que entran por la puerta de urgencias, muchos desorientados, dolidos, molestos por haber interrumpido su vida normal. Los pacientes entran, con suerte, pronto hacia la casa de curación mientras  los acompañantes se quedan en la entrada, en incómodos asientos, a veces entre cuatro paredes y otras con ventanas enormes que muestran a los que al otro lado del foso siguen sus vidas.


Menos amables y más terribles son las ambulancias, animales blancos de metal que braman avisando que en sus entrañas llevan a alguien cuya vida está a merced de las nornas o moiras,  de aquella que sostiene las tijeras: Atropos, de quien  depende cuando cortar el hilo.



Imagen de Wikipedia, wikimedia comoons



Autor and user: Giftagger. 

Pasa saber más. 




6 comentarios:

  1. Cada persona podría aportar sus propias vivencias en relación con los hospitales y me temo que casi nunca son divertidas, más allá de reconocer la profesionalidad de nuestros ATS y médic@s.
    Un saludo

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    1. Es cierto que cada cual tiene sus experiencias e historias y mas si hay que acudir con regularidad por goteras. En estos tiempos más hay que reconocer, como bien dices desde los médicos, enfermeras, auxiliares, celadores, y hasta seguridad y limpieza, gracias a su trabajo la estancia se lleva mejor. Un abrazo y buen septiembre Carmen.

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