Las recetas muy tradicionales siempre son criticables. Sobre todo, cuando a lo tradicional se suma el deseo (y la necesidad) de llamar a las cosas por su nombre. Lo tradicional era, ante todo, barato.
El nombre canónico es "Arròs al forn." Se preparaba en cazuela de barro, y en las casas carentes de horno propio se llevaba al de la panadería, pagando unas monedas, para que acabara de hacerse.
Necesitamos arroz, garbanzos cocidos, patata, tomate, panceta (o tocino), cebolla, pimiento, una cabeza entera de ajos, caldo casero y morcilla. Sal, pimienta, y alguna especie que combine. En este caso, romero y una pizca de comino.
En una cazuela de barro se pone la cebolla, el pimiento, el tomate, la panceta y las patatas. Se rehoga todo bien a fuego bajo, y cuando toma un aspecto como el que veis
se le añaden los garbanzos, el arroz la cabeza de ajo, la morcilla en rodajas y el caldo.
Se pone al horno. Y, si gusta, se deja tostar un poco tras haber quedado seco. El resultado se ve así.
Es un plato único, contundente pero no pesado, propio de días invernales. Con aquello de las tres B: bueno, bonito, barato.
Imágenes propias, bajo la misma licencia del blog.
Este plato si lo conozco bien y lo preparo alguna que otra vez porque nos gusta a todos. Por la fotografía te ha salido de lujo.
ResponderEliminarBesos
Gracias, Ambar. Yo lo aprendí hace años (sólo observando, claro) de una parte de esa familia que todos tenemos y no lo es por sangre, sino por elección mutua.Valencianos de Ruzafa. Y quedó bien no sólo en la foto XDDD
ResponderEliminar¡Qué pintaza! Aunque lo que me echa para atrás es la panceta, pero, bueno, haremos una excepción...
ResponderEliminarUn saludo
Puedes no ponerle panceta, Carmen. Usa un poco de pollo, o alguna salchicha casera en rodajitas, o nada. Un abrazo.
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