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lunes, 28 de agosto de 2017

Pizza y una abadía belga.



Una pizza de domingo noche inspirada por aquello de que algunos frailes no comen carne, la cerveza era de abadía, y (por otra parte) lo que hay en la nevera manda.

Base de pizza: eso ya sabéis. Hay quien la hace, quien la compra en un horno, o congelada en un super; el grosor de la masa es otro asunto muy personal, de modo que quede al gusto de cada quien elegir su estilo.

Queso. Quesos, en este caso. Una mitad lleva salsa de tomate a la griega, espesa, hecha con queso Feta y tomates deshidratados. En esa parte se hace un hueco con una cucharilla y en los huecos se cascan unos huevos de codorniz. Le da un toque distinto.

En la otra mitad se espolvorea orégano y se colocan unos filetes de anchoa en conserva. Luego se lleva al horno, y a cenar.


La cerveza tostada posee toques de caramelo, especias, cereal y frutos secos. Es fresca en la boca, y va perfectamente con sabores algo intensos -la parte de anchoas de la pizza- o picantes (la otra mitad).





Imágenes propias, bajo la misma licencia que el blog.

4 comentarios:

  1. Mucha vigilia no se si hicimos pero rico estaba.

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  2. Lo que faltaba, vigilia en domingo...XDDDDD. Sí, estaba buena. Y la birra frailuna, también. Y la compañía, lo mejor del menú.

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  3. ¡Vaya pintaza! Yo con un cuarto tendría de sobra pero hay quien se come una de éstas para él o ella solito.
    Buen provecho (aunque tarde).
    Saludos

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  4. Las fotografías suelen ser engañosas, Carmen: de hecho, es más pequeña de lo que parece (yo soy de poco comer). Claro que las hay más grandes, eso cada cual sabe la medida. Gracias por tu comentario. Y apunta la receta, que hay tantas pizzas posibles como imaginaciones.

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