Regreso con este clásico de nuestro Blog sobre compras. En esta ocasión voy a referirme a una parte que no es demasiado agradable pero que también hay que tratar. Es curioso que nunca se deja de aprender aunque creamos que estamos curados de espanto o que vamos con mil ojos para que no nos vuelva a pasar.
Después de haber hecho la compra y pasar por caja, con la cuenta en la mano a veces nos
encontramos con sorpresas inesperadas como que alguno de los productos que
hemos comprado no tienen el precio que nosotros habíamos visto rotulado.
Normalmente no son grandes cantidades de dinero pero si sumamos
la gente que compra y por estadística a
quienes les pasa es una cantidad hermosa que se lleva por la cara la empresa.
Ya comenté en la primera parte de esta serie de artículos que
había que tener cuidado sobre todo con las ofertas y los dos por uno o todo a
un euro, que son el marco perfecto para este tipo de gangas que a veces tienen
más que letra pequeña.
Es importante mirar detenidamente el producto, su nombre, y
sus características, ya que las técnicas de venta no suele jugar a nuestro
favor si queremos ahorrar. Dos etiquetas cercanas al producto pueden pertenecer
a otro normalmente más barato y
llevarnos a engaño.
Las prisas, la falta de tiempo y un centenar de razones nos
pueden acompañar cuando estamos realizando nuestras compras pero son muy malas
compañeras, ya que una distracción o un despiste pueden costarnos caro.
Sobre todo en grandes superficies tener muy claro qué se
quiere comprar, llevarse la publicidad del establecimiento o mirar por internet
qué es lo que venden en esas fechas pueden ser una buena idea además de una
interesante lectura.
Si vamos a comprar algo que se salga fuera de la cesta de la
compra, tener muy claro qué se quiere comprar, y si el asunto repercute en
alguien más hablarlo y saber qué es lo que realmente se necesita y se quiere.
En ocasiones lo más obvio no suele verse ni comentarse.
Uno de los deportes nacionales es el de quejarse de boquilla y cualquier lugar es
bueno, pero a la hora de plasmarlo en forma de queja los ánimos no son los
mismos ni las ganas tampoco. En otros países la gente se queja más y exige sus
derechos: la verdad es que se nota sobre todo en la calidad de vida. Una hoja
de reclamaciones a tiempo cambia muchas cosas, entre otras que nos devuelvan lo
que es nuestro, y mejora mucho la atención y el servicio.
Espero que leyendo esto saquéis vuestra propias conclusiones
y sobre todo que ustedes lo compren bien.
Imagen propia
Bajo la misma licencia que el Blog.
Para saber mas:
http://lauesku.blogspot.com.es/2014/03/a-mas-intermediarios-mas-hurtos-i.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario