La receta tiene muchos nombres: patatas en caldo, Tojunto, patatas con pollo camperas...Básicamente se trata de un plato de cuchara adecuado para días fríos y presupuestos ateridos.
Necesitamos unos trocitos de pollo: unas alas, o algo de pechuga, esa ración que no daría para una persona a menos que vaya bien acompañada.
Patatas, claro. Cebolla, ajo, pimiento verde, pimienta recién molida, un par de clavos de especia, laurel, pimentón dulce o picante, vino blanco, caldo -mejor casero-, aceite de oliva y sal.
En una sartén de porcelana o una cazuela de barro ponemos a dorar el pollo, los ajos, la cebolla y el pimiento, todo picado en tamaño homogéneo. Doramos también las patatas, incorporamos el laurel, el vino, y le damos un hervor fuerte para que reduzca.
Añadimos el clavo, el pimentón, la pimienta, la sal y el caldo. Dejamos cocer suavemente hasta que el guiso espese. Si se prefiere, se puede chafar una de las patatas para que adquiera más consistencia. Y a disfrutarlo. Bueno, bonito, barato.
Imagen propia, bajo la misma licencia que el blog.
Buenas estaban con el fresquito que hace para repetir otro día de estos.
ResponderEliminarLas tres B. Y sí que están buenas, ya lo creo. Fue una idea genial. : )
ResponderEliminarPues las voy a probar tienen muy buena pinta y con este frío que acaba de aparecer los guisos son la mejor comida.
ResponderEliminarBesos
Ya nos contarás, Ambar. Ricas sí que estaban.
ResponderEliminarPues hoy es día de patatas calentitas, sí. Y lo digo porque hoy se me ha ocurrido hacer un plato de patatas a la importancia o patatas rebozadas que nos hemos relamido el bigote. Para otro día (mañana no, que engordan mucho) experimentaré con las patatas manchegas.
ResponderEliminarUn saludo
Espero que haya aprovechado, Carmen. Un saludo.
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