Noche de sábado con película a fin de mes. Hasta quedan algunas botellas de vino no consumidas en navidades, de modo que se puede elegir. El resto van a ser sobras. Imaginación al poder.
Dos hongos (contados); un puñado de espinacas, un bote de bechamel cuya fecha de caducidad se acerca peligrosamente, unas lonchas de queso havarti. Y otras de pavo trufado también pidiendo ser comidas con cierta prisa. Cuatro obleas para tacos mejicanos desparejadas. Sal, pimienta, especias al gusto.
Rehogamos la verdura lavada y troceada. Fácil. Luego, el montaje en sí:
En cada oblea una loncha de pavo trufado, queso havarti, verdura y bechamel. Se enrollan bien, se espolvorean con queso rallado y se les da un golpe de horno. Primero para calentarlas, y luego grill para dorar.
Emplatar, decorar con más imaginación, y servir con
Un blanco amarillo-verdoso, suave, con toque fresco y un sabor persistente, muy afrutado a pesar de que también posee un final ácido. Por cierto, inmejorable relación calidad-precio. Tres euros y medio.
Imágenes propias, bajo la misma licencia que el blog.
Creo que la imaginación siempre ha estado presente en la cocina y no precisamente para conseguir eso que se ha dado en llamar " cocina de autor". Platos como la cuajada, el flan o las natillas debieron surgir como consecuencia de que una mujer tuviera muchos niños, una buena vaca y bastante imaginación.
ResponderEliminarSeguro que las sobras estaban muy buenas.
Besos
Tienes razón, Ambar: ya conocemos el refrán, "Todo lo que corre, nada o vuela...a la cazuela."
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